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ELECTROQUIMIOTERAPIA

La Electroquimioterapia consiste en la administración de quimioterapia con la ayuda de pulsos eléctricos en el tumor (localizada), lo cuál reduce los efectos secundarios, el sangrado y estimula el sistema inmune en la zona tratada.

 

       La electroquimioterapia es una alternativa a la quimioterapia clásica, basada en el efecto que produce un campo eléctrico en la célula. Los pulsos eléctricos conllevan a una reorganización de la membrana plasmática dando lugar a un aumento de la permeabilidad celular (se forman poros en la membrana). Este efecto se combina con la administración local o sistémica de quimioterápicos de baja permeabilidad a la membrana plasmática. De este modo, se potencia el mecanismo de acción de ambos componentes y se consigue destruir o paliar los efectos malignos de la neoplasia.


     Varios estudios realizados en medicina humana demuestran que la efectividad antitumoral es de alrededor de un 80-85%. En medicina veterinaria, se ha demostrado una eficacia similar para el tratamiento de diferentes tipos de tumores cutáneos y subcutáneos de perros, gatos y caballos. Llegándose a obtener una respuesta a largo plazo en el 80% del total de los casos analizados. En un estudio más concreto, realizado por Natasa Tozon et al. (2013) se analizó la efectividad y la seguridad de la electroquimioterapia en un grupo de once gatos, obteniendo una respuesta positiva en el 87’5% de los casos. Sin embargo, cabe destacar que la eficacia del antitumoral depende del tamaño del tumor. Los tumores inferiores a 2 cm suelen más sensibles que los tumores mayores.


       La electroquimioterapia puede considerarse como una técnica de ablación local para tumores de diferentes tipos histológicos. La técnica se basa en la inyección sistémica (por infusión intravenosa) o intralesional directa de ciertos quimioterápicos de baja permeabilidad celular junto con la emisión de pulsos eléctricos sobre la masa tumoral. De este modo, la electropulsación conlleva un aumento del tamaño de los poros celulares y un incremento de la permeabilidad de la membrana celular que se traduce en una mayor absorción de los fármacos quimioterápicos. Con esta técnica se pretende mejorar la eficacia de la acción de los fármacos citostáticos mediante su acumulación intracelular a partir de un proceso previo, la electroporación de la membrana celular
 

     Además de como tratamiento después de la cirugía, otros casos en los que la electroquimioterapia puede ser útil es como tratamiento único en tumores que responden muy bien a esta terapia y que una cirugía sería muy desfigurativa como el carcinoma de células escamosas de plano nasal de los gatos, también para intentar reducir el tamaño de los tumores antes de la cirugía o como tratamiento paliativo en lesiones que sangran, exudan o son dolorosas.


¿Qué es la electroquimioterapia?

       La electroquimioterapia (ECT) es un tratamiento que combina una dosis baja de un determinado fármaco quimioterapéutico y pulsos eléctricos (electroporación) aplicados directamente sobre las células cancerígenas mediante un electrodo. Los fármacos que se usan y las dosis administradas no son generalmente efectivos contra los tumores ya que es difícil entrar dentro de las células, pero cuando se aplica el pulso eléctrico, la membrana celular se vuelve permeable de forma transitoria, formándose poros (agujeros temporales) por los que penetra el fármaco al interior de la célula, a una concentración de hasta 5000 veces la que se alcanza con una inyección intravenosa sin aplicar los pulsos eléctricos (por ejemplo en el caso de la Bleomicina).
 

         Cuando las células tumorales mueren, las células vecinas retiran los restos y se cree que los antígenos liberados tras la muerte celular pueden activar el sistema inmune del paciente, haciendo que su cuerpo pueda luchar mejor contra las metástasis o diseminación del tumor a otros órganos.
Además de estimular al sistema inmune en la zona tratada, se produce el fenómeno de “vascular lock” que disminuye el sangrado y evita que el tumor reciba nutrientes y oxígenos de la sangre.


¿Qué tipos de tumores se pueden tratar con ECT?


       La electroquimioterapia se usa más frecuentemente en tumores de la piel o que están bajo la piel, ya sean lesiones primarias o metastásicas que incluyen:


- Carcinoma de células escamosas
- Melanoma
- Sarcomas de tejido blando
- Sarcomas en punto de inyección
- Mastocitomas
- Linfoma localizado cutáneo
- Tumores de células plasmáticas
- Tumores perianales
- Sarcoides y carcinoma de células escamosas en caballos
- Tumores superficiales en exóticos


También puede ser aplicada en algunos tumores internos, dependiendo de su localización y en algunos tumores orales.
Conforme se va adquiriendo experiencia con esta terapia y aumenta la evidencia de su efectividad, van apareciendo nuevas indicaciones y ya se está utilizando tanto en personas como animales para tumores mamarios, ginecológicos y tumores de cabeza y cuello, incluidos los tumores nasales.


¿Cómo se aplica el tratamiento?


          El tratamiento es muy rápido (unos 10-15 minutos) pero para que el paciente no sienta molestias, se aplica bajo sedación profunda y anestesia local o bajo anestesia general. La quimioterapia se puede dar directamente en la cicatriz o el tumor, por vía intravenosa o ambas. Para que haya un buen contacto entre los electrodos y la piel, se utiliza gel de contacto. En algunos casos, son necesarios al menos dos tratamientos.


¿Qué puedo esperar después del tratamiento? ¿Tiene efectos secundarios?


           Como es un tratamiento local, no se producen efectos secundarios sistémicos (excepto si no se controlan las dosis o no se tienen en cuenta las localizaciones de las masas). Además, la quimioterapia es más activa frente a las células cancerígenas y por tanto el tejido normal se afecta menos que el tumor.
El efecto más común es la contracción involuntaria de los músculos en el área de tratamiento, pero estos espasmos están sólo presentes durante la aplicación de los pulsos eléctricos. Estas molestias cesan inmediatamente cuando para la aplicación de los pulsos eléctricos. En ocasiones se puede producir una irritación local mínima inmediatamente tras el tratamiento.


        La piel puede enrojecerse o inflamarse, y el paciente puede presentar picor o incomodidad, estos signos son temporales y empiezan 1 a 3 días tras el tratamiento. Las lesiones cutáneas pueden cambiar de color y secarse y formar una costra que puede perdurar 4-8 semanas. En ocasiones el área puede aparecer peor que antes del tratamiento antes de notar una mejoría. En ocasiones puede producirse muerte del tejido (necrosis) que requerirá curetaje y cicatrización por segunda intención y el tejido sano irá reemplazando al tejido dañado.


      La mayoría de los pacientes toleran muy bien el tratamiento y no requieren de analgésicos, pero el nivel de dolor puede variar entre pacientes.


¿Cómo de efectiva es la ECT?


          La eficacia dependerá de muchos factores, incluyendo el tipo de tumor y el tamaño, pero en general, la ECT puede dar lugar a un control local a largo plazo para muchos tumores en animales domésticos. Además, una ventaja es que, a diferencia de la radioterapia, el tratamiento se puede repetir si hay una recidiva. 


Resumen


            La electroquimioterapia es una forma segura y eficaz para el tratamiento de algunos tumores. Puede administrarse tras o junto con otros tratamientos como la cirugía, la radioterapia, crioterapia, fototerapia o la quimioterapia y se puede repetir las veces necesarias para una mayor respuesta de un tumor primario o tras una recidiva.
 

           La electroquimioterapia NO sustituye a la cirugía como tratamiento de elección, se puede combinar o se puede optar por ella si la resección quirúrgica no asegura márgenes de seguridad libre de células neoplásicas o en casos, como ya se comentó, de desfiguración fácil importante.

 

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